Cuando vamos a tener un hijo, nos alegra tanto que no sabemos qué nombre colocarle; el del padre, el de la madre, la combinación de ambos, los que dicen los abuelos, los tíos y pare usted de contar. Pero rara vez nos preguntamos ¿el nombre influirá en el futuro de ese niño o niña? ¿Sera reconocido con ese nombre? ¿El nombre que le coloquemos influirá en su forma de ser? Ante estas preguntas te afirmamos que ¡Elegir el nombre correcto al recién nacido puede cambiar su futuro!

El primer presente que todos los padres realizan a los hijos es: el nombre; con el nombre se darán a conocer y distinguir de los demás, pero debemos tener presente que todos los nombres tienen su origen y su historia, los cuales serán los que determinen la personalidad, el carácter y hasta la carrera de una persona en el futuro.

Por tal motivo, cuando le vayamos a colocar el nombre a un bebé, debemos tener presente que el nombre lo llevara consigo por siempre, por lo tanto, es una decisión que no lo debemos decidir a la ligera o por complacer a otras personas cercanas a nosotros.

Cuando le coloquemos el nombre a los niños debemos pensar en su adaptación social y, que el nombre seleccionado no vaya a interferir en el mismo, haciéndolo presa fácil de burlas debido al bullying escolar y social. El nombre no debe ser causa de maltratos ni físicos, ni psicológicos y debe ir acorde a lo que se visualiza del niño y no al momento cronológico.

En el mundo existen tres premisas para colocarle el nombre a un niño, la primera de ella es su origen o descendencia: ya sea de una etnia, país o continente, ya que cada lugar posee sus propias costumbres para colocarle el nombre a los recién nacidos; otro es el día de nacimiento o el santo de su nacimiento y por último alguna curiosidad o moda del momento donde se nazca; sin embargo, dejarnos llevar por costumbres, el santo del día o el nombre del protagonista de la novela de moda, es un grave error, ya que aportaremos al niño una identidad de otra persona y no la suya propia.

En fin, lo que debemos hacer antes de tomar por definido el nombre de un niño es lo siguiente:

  • Conocer el origen y la historia: debemos investigar para estar al tanto de la historia del nombre y debe tener un buen significado, asegurándonos de que sea un nombre con una historia atractiva y que le atribuya características positivas a su personalidad.
  • Busca ayuda: el internet es un recurso que te puede ayudar a buscar nombres y te dará buenos consejos; así que puedes comparar toda esa lista de nombres que pensaste para tu bebé y seleccionar el mejor.
  • Sencillo y claro: que el niño en un futuro no deba explicar o decir varias veces su nombre, para que lo pueden entender, debe ser fácil de pronunciar y fácil de escribir, de esta manera evitará el bullying escolar o que le coloquen sobrenombres.
  • Armonioso: su nombre debe tener sonoridad y ritmo acorde con los apellidos, debe sonar poético. Que se oiga bien.
  • Cuidado con el momento: ten cuidado de colocarle nombre que estén de moda o que a futuro pueda ser objeto de burla. Recuerda que lo que hoy puede estar de moda hoy, mañana podría ser criticado.
  • Familiarízate: escribe nombre del niño varias veces y repítelo en voz alta para que le des fuerza y te acostumbres al mismo.

Para muchos padres es un acto de amor y hasta un orgullo que sus hijos lleven su nombre o el nombre de un pariente muy querido, sin saber que afectamos el futuro y la personalidad de ese niño. En la actualidad hay muchos psicólogos que aseguran que colocarles el nombre de los padres a sus hijos no es bueno, porque los hijos proyectaran las emociones de los padres y sin ninguna intención proyectan su personalidad. Es decir, vivirán la vida de otra persona condicionando su propia vida, es como que debo seguir la historia de mi padre porque me llamo cómo él, cosa que llega a ser en algunas ocasiones una carga para el nuevo integrante de la familia.

Sin embargo, existen otros psicólogos que afirman que, para mantener la conexión genealógica entre generaciones, se debe mantener el hilo familiar con los nombres; ello con el fin de que no se pierda, ni se olvide la familia y sus antepasados.

Al final la decisión de colocarle el nombre a los hijos es de los padres, pero eso si debemos procurar que ellos sean únicos y auténticos en personalidad y carácter; pero que su futuro sea grande y no vea afectado por las decisiones de quienes lo trajeron al mundo, por eso, no hay mejor manera que comenzar con un nombre diferente y muy original, ya que, debes recordar que elegir el nombre correcto al recién nacido puede cambiar su futuro.